Actitud hacia el ejercicio y capacidad física para la vida cotidiana en el sureste
Attitude towards exercise and physical abilities for daily life in the southeast
Lorena Zaleta Morales 
  Universidad Autónoma del Carmen, México
  lzaleta@hotmail.com 
Resumen 
  La autovaloración de la actitud  hacia el ejercicio y la capacidad física en la vida cotidiana son factores  esenciales para combatir el sedentarismo que tanto nos afecta. En el presente  estudio se valoraron los criterios de 175 personas de 5 estados de la región  sureste del país mediante la aplicación de dos cuestionarios, uno sobre su  actitud hacia el ejercicio y el otro acerca del nivel de desarrollo de la  capacidad física en la vida cotidiana. Estos cuestionarios ya habían sido utilizados  por el Programa de Ejercicios para el Cuidado de la Salud (PROESA) de la  Secretaría de Salud. Los objetivos del estudio fueron conocer las opiniones  individuales de los participantes sobre estos dos temas y comparar su comportamiento  en los 5 estados de la región sureste del país. La investigación analizó el  comportamiento de ambas variables con ayuda de los cuestionarios realizados  tomando en cuenta un enfoque descriptivo y transversal. Las respuestas de los participantes  sobre su actitud hacia el ejercicio y su capacidad física en la vida cotidiana no  fueron homogéneas, siendo esto más marcado entre los estados. 
Palabras clave: tiempo libre, salud, personas adultas, cuestionario, actividad física.
Abstract
  The  self-assessment of attitudes towards exercise and physical capacity for daily  life are essential to carry out individual combat against the physical  inactivity. In the present study we assessed the criteria of 175 persons from 5  states in the southeast region of the country through the application of two  questionnaires, one about the attitude towards exercise and the other about the  level of development of the physical capacity for daily life.
These  questionnaires had already been used by the Exercise Program for Health Care  (PROESA) of the Ministry of Health. The study objectives were to determine the  individual opinions of participants on these two issues and compare their  performance in the 5 states in the southeast region. We used a descriptive  research design, cross-sectional study based on the behavior of the two  variables, which are being studied through questionnaires and appointed and it  was learned that there are no homogenous points of views of the study  participants about their attitudes towards exercise and physical capacity for  daily life. These criteria are more marked between persons of the states.
Key words: leisure  time, health, adults, questionnaire, physical activity.
Fecha Recepción: Septiembre 2014 Fecha Aceptación: Marzo 2015
Introducción
  El sedentarismo provoca trastornos y  enfermedades que se pueden evitar mediante la práctica adecuada de actividad  física. La mayoría de los países libra una batalla contra el sedentarismo,  por lo que constantemente buscan fomentar la práctica  de actividad física en su población, tratando de que se convierta en un hábito que  beneficie su salud. 
  El modelo de sociedad de consumo ha  influido en nuestros pueblos como resultado de la urbanización y el creciente bienestar  social (Tuero et al., 2000). Estas dos condiciones, y otras relacionadas con la  salud del individuo, han contribuido a la aceptación de estilos de vida más  saludables que incluyen la práctica sistemática de actividad física en el tiempo  libre de las personas. 
Por tanto, para que la persona pueda  gozar de las ventajas y beneficios de llevar un estilo de vida saludable,  primero se debe valorar su estado físico y su disposición a realizar ejercicio. 
Los objetivos de la presente investigación son conocer los criterios y valoraciones sobre la actitud hacia el ejercicio y la valoración individual de la capacidad física para la vida diaria en grupos de personas de diferentes estados de nuestra región, estableciendo comparaciones entre ellos. En la investigación se aplicaron dos cuestionarios a personas de Chiapas, Tabasco, Oaxaca, Quintana Roo y Campeche, y después se compararon. Estos cuestionarios fueron los recogidos en el Programa de Ejercicios para el Cuidado de la Salud (PROESA) creado en 1995 por la Secretaría de Salud del Gobierno Federal.
La investigación se sustenta en el hecho de que la práctica de  actividades físicas se ha convertido en una necesidad del ser humano, en  especial debido a su relación con la salud. En la actualidad, en todo el país  se lleva a cabo un movimiento para que las personas modifiquen sus hábitos y estilos  de vida hacia modos de comportamiento que eliminen el sedentarismo y la  aparición de enfermedades denominadas del siglo XXI, es decir, encaminados  hacia el logro de estilos de vida saludables que impidan la aparición de  enfermedades e incapacidades (Mendoza et al., 1998).
La práctica regular y sistemática de actividad física mejora la calidad  de vida y disminuye el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares, alteraciones  en el metabolismo y reducción en la movilidad e independencia funcional (Mora  et al., 2007). Por esa razón, la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió  la Estrategia Mundial sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud de 2004,  en la que afirma que la actividad física sistemática protege contra el avance  de diferentes enfermedades crónicas como la obesidad, hipertensión, diabetes  tipo 2, etcétera, que son trastornos que pueden iniciar a edades tempranas y  evolucionar con el paso del tiempo hasta provocar serios problemas a la salud  de las personas. La meta general de la Estrategia fue “promover y proteger la  salud a través de la alimentación sana y la actividad física” (Estrategia  Mundial sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud, OMS, 2004) lo cual  corresponde con el movimiento pro salud que se lleva a cabo en nuestro país. 
MATERIALES  Y MÉTODOS 
  Se utilizó un diseño de investigación  descriptivo, transversal basado en el estudio del comportamiento de las dos  variables principales de la muestra seleccionada que fueron la actitud hacia el  ejercicio y la capacidad física para la vida cotidiana, mismas que se midieron  a través del “Cuestionario de actitud hacia el ejercicio” y el “Cuestionario  sobre capacidad física para la vida cotidiana”; dos instrumentos del Programa  de Ejercicios para el Cuidado de la Salud (PROESA) creado en 1995 por la  Secretaría de Salud dentro del Programa de Reforma del Sector Salud 1995-2000. Estos  cuestionarios se aplicaron en las áreas donde se realizaban las  prácticas diarias de actividad física.
  Para elaborar el PROESA, la Secretaría  de Salud tomó el primer cuestionario del documento “A simple metod to assess  exercise behaviour in the community; Canadian Journal of Papila Sports  Sciences” de Godin y Sheppard (1985) y el segundo fue tomado de Devis en  “Actividad física, deporte y salud” de la editorial INDE (2000). El PROESA fue  convocado por la Secretaría de Salud para integrar a instituciones del Sector  Salud, Educación y Deporte, así como a empresas y organizaciones sociales, a  unir esfuerzos para mejorar estilos y calidad de vida mediante la disminución de  los trastornos relacionados con la falta de actividad física.
  Los objetivos del estudio fueron conocer  las opiniones individuales de los participantes sobre estos dos temas y  comparar su comportamiento en los 5 estados de la región sureste del país.
  La primera variable, la actitud hacia el  ejercicio, también vista a través de la óptica de una motivación social, es el  estado de disposición mental de una persona que la prepara anímicamente para  manifestarse a favor de la realización de ejercicios, mientras que la segunda,  la capacidad física para la vida cotidiana, es la condición interna del  organismo de cada persona para la realización de acciones de movimiento. El  primer concepto se refiere a lo que piensan las personas sobre su  predisposición mental para la práctica de actividades físicas, mientras que el  segundo habla de cómo creen que se encuentran desde el punto de vista físico.
  Otras variables estudiadas fueron la  edad, sexo, ocupación y último grado de estudios, las cuales sirvieron para el  análisis de las características generales de la muestra.
  Se encuestó a 175 personas de 5 estados  de la región. Todos los encuestados eran mayores de edad, inscritos en grupos  de actividad física sistemática de sus localidades y estuvieron de acuerdo en  participar en el estudio; de ellos 35 pertenecían al estado de Chiapas e igual  cantidad a Tabasco, Oaxaca, Quintana Roo y Campeche. En el estado de Chiapas la  muestra se tomó en el municipio de Comalapa, mientras que en Oaxaca fue tomada  del poblado de Unión Hidalgo. En Tabasco fue tomada de los municipios de  Tenosique y Villahermosa (20 y 15 respectivamente), en Quintana Roo fue tomada  en el municipio de Chetumal y la muestra de Campeche se tomó de Ciudad del  Carmen. 
  Los cuestionarios aplicados permitieron  conocer la actitud de los participantes hacia la actividad física así como sus  criterios sobre el nivel de desarrollo de sus propias capacidades físicas para  enfrentar las actividades diarias. El criterio de inclusión fue que estuvieran  inscritos en algún grupo de práctica sistemática y aceptaran responder el  cuestionario. El criterio de exclusión adoptado fue que no mostraran aceptación  por el estudio. 
  Para el procesamiento  de los resultados se calcularon frecuencias, medias, desviación estándar y porcentajes.  También se aplicó la prueba no paramétrica de dependencia de Chi cuadrado de  Pearson al 0.5 de significatividad.
RESULTADOS  Y DISCUSIÓN 
  La muestra estudiada presentó  variaciones en cuanto a género y estado de residencia, dadas por la presencia  mayoritaria de mujeres en los estados de Tabasco (62.8 %) y Oaxaca (60 %), y de  hombres en Quintana Roo (60 %). En el resto de los estados no se presentaron  grandes variaciones en la proporción entre mujeres y hombres (tabla 1). 
  En el sexo femenino, el rango mayor de  edades (25-59) se presentó en Campeche con la media más alta de todas (33.6  años), que es superior a la media general, y una desviación estándar de 6.5  años que se encuentra por debajo de la desviación estándar general. La mayor  dispersión en las edades de las participantes fue observada en el estado de Chiapas  con desviación estándar de 8.6 años. En el sexo masculino también en Campeche  se observó el mayor rango (30-57) con la media más alta (35.8 años) y una  desviación estándar de 6.7 años mientras que la mayor dispersión estuvo en la  muestra de Oaxaca con una desviación estándar de 8.7 años. 
  La mayor edad de los participantes  (superior a 33 años en ambos sexos) se encontró en el estado de Campeche, lo  que puede ser consecuencia del nivel de urbanización y desarrollo alcanzado en  el municipio de Carmen que fue donde se tomó la muestra. Los participantes más  jóvenes se encontraron en Oaxaca en el sexo femenino con media de 28.8 años y  en Chiapas en el masculino (29.7 años).  
  Con respecto al último grado de  estudios terminado (tabla 2), en el sexo femenino se observó que la mayoría de  encuestados con primaria terminada (38.1 %) estuvo en Oaxaca mientras que en  Quintana Roo (35.7 %) se encontró la mayoría de mujeres con la secundaria terminada.  En Chiapas estuvo la mayoría que había finalizado la preparatoria (47.1 %). En  cuanto a estudios universitarios finalizados, la mayoría de mujeres estuvo en  Campeche (42.1 %). 
  En los hombres, la mayoría con estudios  de primaria finalizados estuvo en Oaxaca (57.1 %) y en Chiapas (38.9 %), mientras  que en Quintana Roo estuvo la mayoría con secundaria y preparatoria respectivamente.  En Campeche se reflejó la mayoría de hombres con estudios universitarios  finalizados (37.5 %), situación similar a la encontrada en el sexo femenino.
  Por estados, Campeche tuvo el mayor  porcentaje de encuestados con estudios universitarios (40 %) y Oaxaca con  primaria terminada (45.6 %). Tabasco (37.1 %) fue el que tuvo mayor porcentaje con  secundaria finalizada y Chiapas con el de preparatoria (40 %) (Tabla 2).   
  En cuanto a la ocupación de los  encuestados se encontró que en Tabasco (81.8 %) y Campeche (84.2 %) estuvo la  mayoría de mujeres que trabajaban, mientras que la minoría era de Oaxaca (57.1 %).  En cuanto a participantes del sexo femenino que no estudiaban ni trabajaban se  encontró que el porcentaje mayor estuvo reflejado en Oaxaca, donde 33.4 % de las  encuestadas eran amas de casa (tabla 3).
  Otros resultados del estudio se  relacionan con las respuestas a los cuestionarios aplicados durante la  investigación. Estos resultados fueron los siguientes:
La primera pregunta reflejaba la manera  en que cada persona se ve a sí misma en relación a si es activa y en qué medida.  Para esta consideración existían 6 variantes de respuesta.
  La opción A, relacionada con la  respuesta de “no es activo y no desea serlo” tuvo preferencia en Quintana Roo  (17.2 %) y en Oaxaca (14.2 %) con porcentajes de respuesta superiores al  general (9.7 %), estando el resto de los estados por debajo de esta preferencia  (gráfico 1). Esta opción, junto con la F, fueron las de menor aceptación entre  los encuestados, lo que significa que hay preferencia, en sentido general, por  la práctica de actividad física.
  La respuesta B (no es activo, pero  piensa serlo) tuvo un aumento de casi el doble de la preferencia general (18.3 %)  con relación a la A (9.7 %), pero mantuvo un nivel bajo de respuestas. La  opción B fue la más preferida por los participantes del estado de Tabasco con  40 % del total. Llama la atención que en las respuestas de los participantes de  Tabasco en esta opción, la mayoría de la aceptación estuvo en el sexo femenino  (tabla 4). 
  La opción C (a veces es activo y a  veces no) tuvo el mayor comportamiento de respuestas en los estados de Chiapas  (37.4 %), Quintana Roo (31.6 %) y Oaxaca (25.8 %), siendo la preferida de los  participantes de estos tres estados. El mayor porcentaje general de respuestas al  cuestionario estuvo en esta opción con 25.8 % del total de encuestados (tabla  4.1).
  La opción D (es activo desde hace 6  meses) tuvo mayoría de aceptación en Chiapas (28.5 %) y Campeche (22.8 %) y  Oaxaca (17.2 %), mientras que en Tabasco y Quintana Roo tuvo baja preferencia.  La respuesta E (es activo hace más de 6 meses) fue la más aceptada por los  participantes del estado de Campeche (37.3 %). El porcentaje general de esta  respuesta (18.8 %) es superior al alcanzado por el resto de los estados. La  respuesta F (era activo hace un año, pero ya no lo es) tuvo mayor aceptación en  Oaxaca (17.2 %), pero fue una respuesta con baja aceptación general (tabla  4.1).
  De las respuestas de los encuestados de  Chiapas se conoció que, entre los encuestados de ese estado, las mayores  preferencias de respuestas estuvieron en las opciones C y D relacionadas con “a  veces es activo y a veces no” y “es activo desde hace 6 meses” con 65.9 % del  total de encuestados que puede significar intermitencia en la práctica de  actividad física, pero con posibilidades de mejora a partir de un proceso de convencimiento  individual ya que el menor porcentaje de respuestas estuvo en la opción A “no  es activo y no desea serlo” con 5.7 % que puede significar que la mayoría desea  ser activo.
  En Oaxaca la opción C (a veces es  activo y a veces no) fue la más aceptada con 25.8 % junto a la D “es activo  desde hace 6 meses” y la F “era activo hace un año, pero ya no lo es” con 17.2 %  cada una. La respuesta menos aceptada fue la B “no es activo pero piensa serlo”  (11.4 %). La combinación de estas respuestas puede significar que los  encuestados de este estado no tienen claros, mayoritariamente, los beneficios  de la práctica de actividad física.
  La respuesta B “no es activo pero  piensa serlo” fue la preferida en el estado de Tabasco con 40 % que también fue  el mayor porcentaje obtenido en el estudio en sentido general. Al unir esta  respuesta con las dadas a la opción de que a veces es activo y a veces no (22.8  %) y al 5.7 % de la respuesta A de que no es activo ni desea serlo puede  significar que los participantes de este estado carecen de interés por la  práctica de actividad física. 
  En Quintana Roo hubo mayoría de  respuestas a la opción C (a veces es activo y a veces no) con 31.6 % mientras  que la minoría estuvo en las opciones D y E con 11.4 %. En el estado de  Campeche hubo mayoría de aceptación por la opción E (es activo hace más de 6  meses) con 37.3 % y por la D (es activo desde hace 6 meses) con 22.8 % que  significa que más de la mitad de los encuestados son practicantes sistemáticos  de actividad física. La respuesta de no ser activo ni desear serlo tuvo 5.7 %  de aceptación. En el estudio se detectó que las mayores preferencias por la  práctica de actividad física estuvieron entre los encuestados del estado de  Campeche.
  A nivel general la respuesta C (a veces  es activo y a veces no) fue la más aceptada con 25.8 % del total y las menos  preferidas fueron la A y la F ambas con 9.7 %.
  La segunda pregunta del cuestionario  recordaba la actividad física realizada en una semana típica de la vida de los  participantes y les pedía que anotaran cuantos días la habían hecho. Los  resultados en esta pregunta teniendo en cuenta el género y el total de  respuestas así como sus respectivos porcentajes se muestran a continuación:
  La opción A que se refería a no hacer  ninguna actividad física tuvo las mayores proporciones de respuestas en los  estados de Oaxaca (31.4 %), Quintana Roo (25.7 %) y Tabasco (25.7 %), mientras  que en Chiapas fue 22.8 % de los encuestados y en Campeche estuvo el mínimo a  esta opción con 11.4 % (tabla 5). Esta situación coincide con la respuesta  obtenida de la primera pregunta del cuestionario en la que los participantes de  Quintana Roo (17.2 %) y Oaxaca (14.2 %) tuvieron preferencia por la opción A  relacionada con la respuesta de “no es activo y no desea serlo”. En este  sentido, los estados de Oaxaca y Quintana Roo fueron los de mayor proporción de  encuestados que no preferían la actividad física.
  La respuesta a la opción B sobre la  realización de actividad física moderada (tabla 5) tuvo mayoría en Quintana Roo  (68.6 %), Chiapas (62.9 %), Campeche (57.2 %) y Tabasco (42.9 %) y minoría en  Oaxaca (28.6 %).
  La opción C que definía la preferencia  por la actividad física vigorosa fue mayoritaria en los estados de Oaxaca (40 %),  Campeche (31.4 %) y Tabasco (31.4 %). Llama la atención que 5.7 % de los  participantes del estado de Quintana Roo hayan realizado actividad física  vigorosa en la última semana.  
  Por estados se repiten los resultados  obtenidos en la primera pregunta en la que Campeche era el de mayor preferencia  por la práctica de actividad física con más del 80 % de encuestados que habían  realizado actividad en la última semana, mientras que Oaxaca  y Quintana Roo eran los de menor preferencia  (tabla 5).
  En cuanto a la cantidad de días a la  semana que realizan el tipo de actividad física, cada persona debía definir el  total de días semanales que la hacían en el grupo donde estaban inscritos. Este  dato permite conocer la frecuencia de práctica por parte de los encuestados.
  En el sexo femenino, las mayores  proporciones de respuestas estuvieron en las de 2 y 3 días (43.1 % y 26.8 %) (tabla  5.1). La menor fue la de 5 días de práctica a la semana. Por estados, Campeche  es el de más altos valores entre los que dedican 2 y 3 días a la semana para  realizar práctica de actividad física mientras que en Quintana Roo se  encuentran los que dedican 1, 5 y 4 días unidos en esta última cifra a Oaxaca (tabla  5.1).
  En el sexo masculino, la situación  difiere del femenino en cuanto al estado que más practicantes tenía con 2 y 3  días a la semana, siendo Quintana Roo el de mayores porcentajes seguido por  Campeche. Tabasco es que tiene mayores preferencias por prácticas un día a la  semana (15.4 %) y Oaxaca (14.3 %) por 5 días (tabla 5.2).
  La tercera pregunta del cuestionario  requería que cada encuestado se autocalificara en cuanto a la actividad física  que realizaba.
  Entre los resultados obtenidos de las  respuestas de los encuestados a esta pregunta se encontró que en el sexo  femenino hubo porcentajes parecidos entre los totales de las respuestas A (poco  activo) (35.5 %) y B (irregularmente activo) (32.3 %) (tabla 6). El menor  porcentaje se encontró en la respuesta D (muy activo).
  El estado de Campeche fue el de mayor  porcentaje en las respuestas C (moderadamente activo) y D (muy activo),  mientras que Oaxaca fue el de menor porcentaje de respuestas en estas categorías.
  La situación en el sexo masculino (tabla  6.1) fue similar a la del femenino con mayoría de respuestas en A (52.4 %) y B  (28.6 %). El estado de Oaxaca fue el que obtuvo la mayoría de respuestas en las  variantes C (moderadamente activo) y D (muy activo), situación totalmente  diferente a la del sexo femenino. 
El segundo cuestionario, que contenía  10 preguntas, reflejó la valoración de cada encuestado sobre su propia capacidad  física para la vida cotidiana. 
  En el sexo femenino, en la primera  pregunta sobre si sentían debilidad en las piernas al subir las escaleras de  varios pisos, hubo mayoría de respuestas positivas entre las encuestadas de  Oaxaca, mientras que en el resto de los estados la mayoría de respuestas fueron  negativas (tabla 7). En esta pregunta, pero en el sexo masculino, se presentó  una situación similar con mayoría positiva para el estado de Oaxaca (tabla 7.1),  lo que provocó el mismo resultado en el resumen de ambos sexos (tabla 7.2). Esto  significa que los encuestados de Oaxaca presentan dificultades al subir  escaleras, lo que refleja bajo nivel en la condición física de fuerza, aspecto  que debe ser mejorado en las clases diarias.
  La segunda pregunta relacionada con el  hecho de que pudieran jadear cuando corrían una distancia corta como para tomar  un camión, fue mayoritariamente respondida como “Sí” en los estados de Oaxaca y  Tabasco en el sexo femenino (tabla 7), mientras que en el masculino la mayoría  de las respuestas positivas se encontró en Oaxaca (tabla 7.1). En este sentido  se aprecia que el criterio de los encuestados sobre su nivel de resistencia no  es adecuado como para enfrentar una tarea física tan sencilla. La tercera pregunta  sobre si podían inclinarse para atarse los cordones de los zapatos o los  calcetines sin sentarse tuvo mayoría de respuestas positivas en Chiapas y  Oaxaca en el sexo femenino (tabla 7) y en el masculino en todos los estados  exceptuando Campeche (tabla 7.1). Inclinarse para hacer esta actividad es  reflejo de aceptable flexibilidad.
  La cuarta pregunta tenía que ver con la  dificultad para salir de la bañera o levantarse de una silla baja. Era una  pregunta que mezclaba la fuerza con la flexibilidad y tuvo respuestas negativas  en ambos sexos de todos los estados, lo que significa que la mayoría de los  encuestados no presenta problemas al salir de la bañera o levantarse de una  silla baja. 
  La quinta pregunta tenía que ver con la  costumbre de evitar un esfuerzo físico y en el sexo femenino de todos los  estados se respondió negativamente (tabla 7), significando que las encuestadas  no evitan realizar esfuerzos físicos. En el sexo masculino (tabla 7.1) solamente  en Oaxaca la mayoría de respuestas a esta pregunta fueron positivas aunque con  bajo rango entre ellas.  
  La sexta pregunta indagaba sobre el  agotamiento, sentido más de una vez durante las últimas semanas al final de la  jornada laboral. En este sentido, en el sexo femenino solo en Tabasco hubo  mayoría de respuestas de sí (tabla 7) y en el masculino se presentaron en  Chiapas y también en Tabasco (tabla 7.1). En general, entre los encuestados de  ambos sexos solamente hubo mayoría de respuestas positivas en el estado de  Tabasco (tabla 7.2).
  La séptima pregunta indagaba sobre si  se habían sentido más tensos y tenido dificultades para relajarse durante las últimas  semanas. En el sexo femenino hubo mayoría de respuestas de Sí en Tabasco,  Quintana Roo y Campeche (tabla 7) y en el masculino en Chiapas, Tabasco y  Quintana Roo (tabla 7.2). En el resultado general de ambos sexos en Tabasco,  Quintana Roo y Campeche se presentó mayoría de respuestas positivas a esta  pregunta.
  La pregunta 8 se refería a la posible  realización de 10 repeticiones en un ejercicio de abdominales con las piernas  flexionadas y la mayoría de los encuestados en cada estado respondió que sí  podía realizarlo. Solo en Quintana Roo se encontró mayoría absoluta de  respuestas negativas a esta pregunta (tabla 7.2).  
La pregunta 9 era sobre tocar la pared  sentado en el suelo mirando a la misma con las piernas extendidas y abiertas;  en Quintana Roo y Tabasco hubo mayoría de respuestas negativas, mientras que en  el resto de los estados fueron positivas (tabla 7.2). Con la última pregunta se  quería conocer si realizaban ejercicios moderados o vigorosos, al  menos tres veces por semana y el resultado obtenido fue que en el sexo femenino  todos los estados, exceptuando a Chiapas, no lo realizan mientras que en el  masculino lo hacen los encuestados de Chiapas, Tabasco y Campeche. En Chiapas es  donde ambos sexos realizan más ejercicios moderados o vigorosos tres veces a la  semana (tabla 7.2). 
CONCLUSIONES 
  Debido a los elevados niveles de  urbanización en las regiones de los distintos estados, es evidente que sus  poblaciones viven de manera similar a la de las urbes de los países  desarrollados.  
  Asimismo, es evidente que los encuestados ponen en práctica un modo de vida basado en un modelo internacional de sociedad de consumo  que condiciona la forma como ocupan su tiempo libre. 
  Las actividades físicas, por tanto, se  enriquecen y desarrollan, lo que hace necesario el establecimiento de métodos  para su medición y análisis.
Existen valoraciones no homogéneas de  los encuestados sobre su actitud hacia el ejercicio y su capacidad física para  la vida cotidiana, mismas que se ven más marcadas entre los estados. De igual  manera, los encuestados ponen en práctica un modo de vida basado en un modelo internacional de sociedad de consumo  que condiciona sus formas de ocupar su tiempo libre. 
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